A la mayoría de las mujeres les agrada que le lleven o regalen flores...
Y mucho más, si a parte de ser hermosas (las flores) van acompañadas de una sonrisa y de palabras bonitas, que toquen sus corazones...
Hay una persona, en especial, a quien me gusta traerle flores... Y sí es vistosa o fragante, con más razón!.. Y sé que le causa alegría!..
Y siento que me dice:
Ves qué simple es esta flor?.. Así te quiero a ti.
Mira como la viste el Padre... y a ti te quiere vestir con su mismo Resplandor!..
Su belleza se apaga pronto... pero la tuya brillará para siempre como las estrellas del firmamento!
La flor también muere... pero para dar fruto.. No temas “morir” a tus caprichos... serás más fecundo!
Las flores alegran y dan optimismo a su alrededor... Si tu eres como ellas... serás la alegría de tu hogar!
La flor no teme las avispas, moscardones e insectos... De ellos saca provecho!.. Tu también puedes sacar provecho de todas esas situaciones difíciles, angustiantes y amargas... que te asustan.
Por la mañana, la flor se abre para recibir al sol, y por ese sol – por su calor – despide su aroma...
Tu también, como la flor, debes abrir tu corazón al “Sol”, frente al calor de su Espíritu, por ese Sol y a ese Sol debes despedir tu aroma, que es tu alabanza al mismo Dios...
Y como tu te recreas la vista frente a ellas... inhalando su aroma,
Así Dios se alegra al verte a ti... reflejo de su Ser, y perfumado del aroma de mi Hijo, Jesús!..
Tu quieres adornar mi Altar... frente a mi Imagen... Está bien!..
Porqué no adornas también tu persona con virtudes y obras,
propias de otro Cristo?
Ello me alegrará mucho más todavía!
Te veré parecido a Jesús!.. Mi Hijo Divino!..
Pero esa flor debía tener un perfume especial... el de las buenas obras de cada día...
Acepta este pequeño obsequio de tu hijo...
Que estas flores sean mi compromiso de convertirme en “flor”...
Pero, llena del Aroma de tu Divino Hijo...
Llena de “colores”, donde brille la Gloria de Dios!..
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