sábado, 22 de agosto de 2009

Servicio... Cristiano...

En la RRCC se insiste muchísimo en el “Servicio” a los hermanos... Ya sea durante las Asambleas como fuera de ellas...

Tanto es así, que cada don o carisma que Dios nos regala o regaló, tiene sentido solamente cuando lo ponemos a disposición de los demás...

He observado un detalle que atrae a los hermanos y les hace mucho bien: es “sentirse amados...”

Y esto – durante las Asambleas - se da en el saludo cordial, cuando oramos por ellos, cuando los abrazamos, cuando les sonreímos, cuando les damos una palabra de aliento, cuando les aconsejamos...

Podemos decir que el Amor del Señor – en esos momentos – fluye hacia ellos...

Yo pensaba que estos hermanos (mejor: todos los hombres!) necesitan... necesitamos cariño... Necesitamos una sonrisa, un abrazo... Es que Dios nos hizo así!.. Y por más dura que parezca una persona, necesita mucho cariño, necesita ser amada... (tal vez aparece como “duro” porque no fue amado como debía haberlo sido...)

El hombre es así... fue hecho de carne y hueso... sensible... ávido de cariño y amor...

Y Jesús, como Dios y Hombre que es, lo sabe bien, y nos dice... nos ordena... nos da un mandato: “Amen...Ámense unos a otros... Como Yo los amé!..” (Se lo dice bien clarito a sus Apóstoles en la última cena)

Tal vez alguien nos diga: “Pero... eso es el amor de Dios?.. No es sentimiento?.. No es provocar una reacción en el humano?...”

Es que una reacción humana, o sensible de este tipo es buena y HACE BIEN!... Qué hermoso es “sentirnos queridos, amados”...! Y no siempre lo percibimos!.. Necesitamos “sentirlo” alguna vez!.. Que alguien nos lo diga…

Por otro lado, Dios LO QUIERE!.. Dios quiere que manifestemos nuestro cariño, nuestro amor con gestos, con obras... las palabras solas, la “poesía” se la lleva el viento... Dios quiere TODO lo que manifieste cariño o amor... Es que a través de esos pequeños gestos El está amando, está obrando, está llegando al corazón de cada humano...

A veces nos creemos seres espirituales, pero somos humanos, y como humanos nos debemos expresar.. y necesitamos lleguen hasta nuestro corazón de un modo humano!..

Tanto es así, que Jesús lo dijo bien claro: Ojo!.. “cada vez que lo hagan con uno de mis hermanos, más pequeños, conmigo lo estarán haciendo!.. “

Más: al final, nos va a juzgar sobre este tema... Esta será la materia de nuestro exámen final!.. Allí nos va a calificar o no, diciendo:

“Vengan, Benditos de mi Padre, porque... tuve hambre, sed (de cariño!), enfermo... preso, desnudo... y me atendiste!..

Hoy, tal vez el Señor agregaría: “estuve “solo” y te acercaste a mí.. Estaba “depre” y me ayudaste a levantarme... No encontraba sentido a mi vida, y me ayudaste a encontrarlo... Me sentía abandonado y sin fuerzas y tu presencia, tu oración, tu palabra me confortó y pude seguir adelante, apoyándome en Dios!..

En el Evangelio de Juan (Cap.13), Jesús en su última Cena con sus Amigos, los instruye de palabra y con gestos, para que entiendan su mensaje o Mandato:

“Uds me llaman Señor y Maestro. Y está bien porque lo soy!.. Si yo que soy el Señor y Maestro, les he lavado los pies (tarea de los esclavos!), Uds también deben lavarse los pies unos a otros!..”

El “Espíritu de servicio”... amar con “humildad”... sin alardes... sin esperar recompensas... en este Servicio Humilde encontramos a nuestro “Señor”!.. “Reconocemos al Señor y su Amor por nosotros, cuando lo vemos hacerse nuestro humilde servidor” (que se “abaja” hasta nuestro nivel!)

“El servicio humilde será algo propio de los discípulos y de la Iglesia de Cristo:

que los Jefes sirvan con humildad, es una de las cosas más difíciles y más bellas, y a la vez, el testimonio más eficaz para convencer a los incrédulos y atraerlos a la fe católica.”

Como decimos: “no hay duro que no afloje” ante el amor o el cariño humilde de los cristianos... ya que es el mismo Cristo quien está amando y no nosotros!.. Nosotros le prestamos nuestros labios, nuestras manos, nuestros pies, nuestra voz... nuestro ser, y El a través nuestro se expresa y llega al corazón de nuestro hermano necesitado (HOY: necesitado no sólo de pan, sino sobre todo de amor, de cariño, de comprensión, de escucha...!)

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