“RECIBAN CON DOCILIDAD LA
PALABRA…
PONGANLA
EN PRÁCTICA,
Y NO SE
CONTENTEN SÓLO CON OIRLA…”
– Stgo. 1, 17-18.21-22.27
-“Dios nos ha querido engendrar
por la Palabra de Verdad” (Jesús)…
Dios nos ha “re-generado”
con las aguas del Bautismo en el Espíritu Santo…
“La religiosidad pura y sin mancha, delante de Dios, nuestro Padre, consiste
en:
-ocuparse de los huérfanos
y de las viudas necesitados,
-y no contaminarse con
el mundo (con sus criterios que nos dicen que ellos son
‘descartables’).
-La pureza de nuestra
religión no es el cumplimiento meramente
exterior, de puras normas o leyes… (así son sólo preceptos humanos!.. Los
desvirtuamos, los descarnamos de los valores!)
Tanto el mal como el
bien “provienen del corazón” del hombre.
De allí la importancia de la “pureza” de mi corazón: “porque lo que procede
del interior del hombre, es lo que lo mancha” (Mc.7,1-8.15-15.21-23), depende de mis intenciones o
preferencias…
De allí también la
importancia de adherirme con todo, al Amor del Señor, y caminar con su ayuda,
en sus mandatos…
Es decir: no es
cuestión sólo de “tener las manos
limpias”…
Muchos creen que sólo
son pecadores (ladrones, corruptos…), cuando los descubren…
Es toda la vida lo que
importa!
VIVAMOS
LAS EXIGENCIAS DE UNA FE SINCERA, PURA, NACIDA DE UN CORAZÓN LIMPIO Y SIMPLE… que nos lleva a amar.- Amén.
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