domingo, 2 de septiembre de 2018

reciban con docilidad la Palabra...


RECIBAN CON DOCILIDAD LA PALABRA…
PONGANLA EN PRÁCTICA,
Y NO SE CONTENTEN SÓLO CON OIRLA… – Stgo. 1, 17-18.21-22.27

-“Dios nos ha querido engendrar por la Palabra de Verdad” (Jesús)…
Dios nos ha “re-generado” con las aguas del Bautismo en el Espíritu Santo…

La religiosidad pura y sin mancha, delante de Dios, nuestro Padre, consiste en:
-ocuparse de los huérfanos y de las viudas necesitados,
-y no contaminarse con el mundo (con sus criterios que nos dicen que ellos son
‘descartables’).

-La pureza de nuestra religión no es el cumplimiento meramente exterior, de puras normas o leyes… (así son sólo preceptos humanos!.. Los desvirtuamos, los descarnamos de los valores!)

Tanto el mal como el bien “provienen del corazón” del hombre. 
De allí la importancia de la “pureza” de mi corazón: “porque lo que procede del interior del hombre, es lo que lo mancha(Mc.7,1-8.15-15.21-23), depende de mis intenciones o preferencias…
De allí también la importancia de adherirme con todo, al Amor del Señor, y caminar con su ayuda, en sus mandatos…

Es decir: no es cuestión sólo de “tener las manos limpias”…
Muchos creen que sólo son pecadores (ladrones, corruptos…), cuando los descubren…
Es toda la vida lo que importa!

VIVAMOS LAS EXIGENCIAS DE UNA FE SINCERA, PURA, NACIDA DE UN CORAZÓN LIMPIO Y SIMPLE… que nos lleva a amar.- Amén.

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