Hace muchos años,
Dios creó al hombre.
Este era muy feliz.
Diariamente se paseaba con Dios por el jardín del paraíso terrenal. Conversaba con Él. Vivía su amistad.
PERO un día,
el hombre quiso valerse por sí solo.
Entonces deseó apoderarse de la sabiduría y del poder... Deseó dominar él, su vida: diciéndose qué era lo bueno y qué era lo malo para sí!..
El relato de la Biblia dice que comieron del fruto del árbol de la 'Ciencia del Bien y del Mal'.
Desobedecieron a Dios. Se rebelaron.
Pecaron.
Quisieron valerse solos,
y quedaron solos!... desnudos!..
- Perdieron la inteligencia (comenzaron a vivir en la ignorancia, siéndoles muy difícil el conocimiento)
- Perdieron la salud (comenzaron a enfermarse)
- Perdieron la inmortalidad (comenzaron a morirse)
- Perdieron el equilibrio de la naturaleza (la tierra se convirtió en hostil para el hombre)
- y sobre todo, perdieron la amistad con Dios!..
Y así, lejos de Dios,
comenzaron todos los dolores, miedos, ansiedades, egoísmos, trabajos, guerras, heridas, traumas... injusticias...
PERO... Dios
que no es rencoroso,
les prometió que un día iba a restablecer ese orden que había causado el hombre.
Dios no quería dejar al hombre librado a sus propias manos.
Por eso prometió un SALVADOR...
nacido de una mujer, una Virgen...
Luego se eligió un pueblo, el pueblo Judío, para ir formándolo.
Así es como llamó a Abrahám y a sus descendientes; les mandó profetas para educarlos;
realizó hazañas y prodigios con su Pueblo;
lo purificó a través del dolor, como el crisol que separa el oro de la escoria.
Hasta que un día
se cumplieron los tiempos en que debía nacer el Redentor, ese Salvador prometido.
Este debía encargarse de restablecer el desorden causado por el hombre.
Entonces el Señor Dios,
envió desde los cielos un Ángel, llamado Gabriel,
a una Virgen, llamada María,
a preguntarle si Ella quería ser la Madre de ese Salvador. (Lucas 1, 26-38)
Así es como ese Prometido o Enviado,
entra en la historia humana.
Dios mismo se esconde en las entrañas de una mujer para ser hombre, como uno de nosotros... (pero sin pecado!)
Así es como, hoy, gracias a Él,
podemos elevar nuestra mirada al Cielo,
podemos pasearnos con nuestro Padre
y conversar con Él con toda confianza...
porque vino Jesús (=Salvador)
y nos dijo que Dios aún nos ama...
que a pesar de hacer lo que hicimos, nos ama...
Así es también, como un día, volverá - Jesús - de nuevo - a nosotros
para poner definitivamente todo en orden, y reinar para siempre sobre todo!..
y nosotros con Él!..
porque Dios nos hizo reyes y señores de la tierra...
Aleluia!..
(Navidad año 1989)
Dios creó al hombre.
Este era muy feliz.
Diariamente se paseaba con Dios por el jardín del paraíso terrenal. Conversaba con Él. Vivía su amistad.
PERO un día,
el hombre quiso valerse por sí solo.
Entonces deseó apoderarse de la sabiduría y del poder... Deseó dominar él, su vida: diciéndose qué era lo bueno y qué era lo malo para sí!..
El relato de la Biblia dice que comieron del fruto del árbol de la 'Ciencia del Bien y del Mal'.
Desobedecieron a Dios. Se rebelaron.
Pecaron.
Quisieron valerse solos,
y quedaron solos!... desnudos!..
- Perdieron la inteligencia (comenzaron a vivir en la ignorancia, siéndoles muy difícil el conocimiento)
- Perdieron la salud (comenzaron a enfermarse)
- Perdieron la inmortalidad (comenzaron a morirse)
- Perdieron el equilibrio de la naturaleza (la tierra se convirtió en hostil para el hombre)
- y sobre todo, perdieron la amistad con Dios!..
Y así, lejos de Dios,
comenzaron todos los dolores, miedos, ansiedades, egoísmos, trabajos, guerras, heridas, traumas... injusticias...
PERO... Dios
que no es rencoroso,
les prometió que un día iba a restablecer ese orden que había causado el hombre.
Dios no quería dejar al hombre librado a sus propias manos.
Por eso prometió un SALVADOR...
nacido de una mujer, una Virgen...
Luego se eligió un pueblo, el pueblo Judío, para ir formándolo.
Así es como llamó a Abrahám y a sus descendientes; les mandó profetas para educarlos;
realizó hazañas y prodigios con su Pueblo;
lo purificó a través del dolor, como el crisol que separa el oro de la escoria.
Hasta que un día
se cumplieron los tiempos en que debía nacer el Redentor, ese Salvador prometido.
Este debía encargarse de restablecer el desorden causado por el hombre.
Entonces el Señor Dios,
envió desde los cielos un Ángel, llamado Gabriel,
a una Virgen, llamada María,
a preguntarle si Ella quería ser la Madre de ese Salvador. (Lucas 1, 26-38)
Así es como ese Prometido o Enviado,
entra en la historia humana.
Dios mismo se esconde en las entrañas de una mujer para ser hombre, como uno de nosotros... (pero sin pecado!)
Así es como, hoy, gracias a Él,
podemos elevar nuestra mirada al Cielo,
podemos pasearnos con nuestro Padre
y conversar con Él con toda confianza...
porque vino Jesús (=Salvador)
y nos dijo que Dios aún nos ama...
que a pesar de hacer lo que hicimos, nos ama...
Así es también, como un día, volverá - Jesús - de nuevo - a nosotros
para poner definitivamente todo en orden, y reinar para siempre sobre todo!..
y nosotros con Él!..
porque Dios nos hizo reyes y señores de la tierra...
Aleluia!..
(Navidad año 1989)
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