martes, 12 de enero de 2016

FRENTE AL PESEBRE... Y CON MARIA

María,
te miro y me pregunto muchas cosas...
Desearía sentarme a tu lado,
mientras amamantas a tu Niño,
y conversar contigo...

Sabes... Te miro y pienso:
pienso en la gente que no quiso molestarse por una parturienta...
Y pienso también - hoy - cómo reaccionaríamos nosotros?..
Si se presentara a nuestra puerta un matrimonio joven, y ella próxima a dar a luz... te abriríamos la casa?..

Pienso en tu dolor de Madre... deseando lo mejor para tu Niño a nacer...
y no poder ofrecerle el abrigo de un techo... de una cuna... de un hermoso ajuar...

Pienso en cuántas madres - hoy -  deben recibir a sus hijitos en la pobreza, porque no encuentran ayuda... o los medios necesarios...

María, sabes, me gustaría que me contaras tu diálogo con José cuando transitaba este trance... cuando las puertas se iban cerrando...
Tal vez, José, nervioso por la proximidad del alumbramiento y las negativas, levantaría el tono de la voz... o se sentiría impotente... y tu le dirías: "José... no temas. No te impacientes. Dios proveerá."
Y volvería a reinar la calma...

Madre,
cuando te dijeron  que en las afueras había  unas grutas, refugios de animales ,
que allí estarían tranquilos, que nadie les molestaría...
Ustedes, por pudor, resolvieron alojarse allí...
como si quisieran, ambos, vos y José, vivir ese momento  tan feliz, con gran privacidad...
Ese Dios que se había ocultado durante nueve meses en tu santo vientre, también "quiso nacer en un hueco de olvido", de silencio...
Es que sólo allí lo podremos encontrar a tu Hijo!..

María, 
cuánto cariño habrá despertado este Niñito en tus brazos...
Cuánto amor... cuánto estremecimiento al comenzar a alimentarlo con tu leche...

Sabes,
hoy quisiera pedirle algo:
pedirte algo para mis hermanas...
Que te miren a Ti
Que te miren y miren tu Maternidad!
Que miren tu cariño por tu Hijo engendrado!
Que les enseñe el valor de la vida engendrada!
Que les haga descubrir el Misterio de la Vida, que llevan en su seno.
Lo grande y hermoso.

Bendice a todas mis hermanas, madres..
Bendice a las que un día van a ser mamás...

Que al mirarte a vos, Madre Fiel,  no malogren nunca el fruto de sus vientres...
Que la cuna de algodón, ese vientre que recibe a esa pequeña criatura, recién engendrada, no se rompa nunca por  decisión de la mamá... Es vida!
Porque el fruto de sus vientres, también es bendito!
Es bendito. porque es querido por Dios!

María,
cuántas cosas  quisiera hablar contigo!.. y que me contaras...
Que me contaras de esas cosas que tu guardabas en tu corazón...

Permíteme, ahora,
quedarme callado mirándote!..
Observándote, y que tu me sonrías comprensiva!.. Amén.

(09-12-1989)


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