Eclesiástico 3,1-18
“El que honra a su padre, expía sus pecados;
Y el que respeta a su madre, es como quien acumula un tesoro….”
Este trozo insiste sobre el respeto a los padres: base para la composición de una sociedad sana: “la familia es el pilar de la sociedad”.
Si quieres disgregar o destrozar una sociedad, disgrega su familia.
En la época en que se escribió este texto, estaba también el problema de los huérfanos (hijos sin padres)…
Hoy este problema subsiste a pesar de que los padres que generan a sus hijos vivan... porque no les dedican tiempo a sus hijos…
Todo papá deber “educar” (= “e-ducere”: sacar hacia afuera lo bueno que tiene una persona); trabajo que no es sólo de un rato… Educar es un trabajo que exige control, perseverancia, observación, amor, hablar…
Ser padre NO es ser “amigo”… es mucho más!..
El padre debe saber poner límites a los actos de sus hijos… porqué?.. porque la “libertad” de una persona debe ser “responsable”… debe “respetar” a los demás!..
Esta tarea es difícil, ardua, prolongada… y muchas veces se “suple” con dádivas a los hijos: dinero, regalos, excursiones… (“Yo le doy todo a mi hijo…”) PERO no compartimos, no dialogamos, no ponemos límites, no damos ejemplos…
Porqué le pones una “estaca” o tutor a un árbol que plantas en tu casa?.. No es para protegerlo, para guiar su crecimiento y no crezca torcido?.. Por qué entonces a tu hijo no lo guías, no lo corriges?...
Nuestra naturaleza busca, se siente empujada por el egoísmo, la comodidad, el placer, el no comprometerse… etc (Por todo lo fácil!) Pero sabemos que ello trae problemas…
Por tanto debemos prevenir, corregir,
y hacer surgir en nuestros hijos todos esos valores y virtudes que Dios ha puesto en ellos… Por ejemplo: como dice san Pablo: “Hay más alegría en dar que en recibir”…
Y - luego – cómo nuestros hijos podrán cuidar de nosotros, si no le damos ejemplo de solidaridad?..
Si en nosotros no hay tiempo para visitar a los abuelos, protestamos de ellos que son pesados o peor: los encerramos en un geriátrico porque no tenemos lugar para ellos, no tenemos tiempo para ellos…
HOY - como dijo alguien – los “huérfanos” son los viejos… huérfanos de hijos… abandonados, menospreciados, cuando ellos tienen muchas vivencias para transmitir a sus nietos, y a nosotros también!
Hoy nos preocupamos más en tener un “heredero”, y no de tener un “hijo” (con toda la carga de afectividad y efectividad… que requiere)
Y si escuchamos lo que suena a nuestro alrededor – vamos a oír que a los hijos “hay que dejarlos” que hagan su vida… no los corrijas, no los castigues, no coartes su libertad!... Pero así, cómo aprenderán a respetar a los demás, dándoles todos los gustos y caprichos?..
“Una corrección oportuna (un “schiaffo” – como decían los viejos), nos ahorrarán muchas lágrimas o dolores de cabeza…”
Aunque no lo digan los “grandes sicólogos” actuales, los adolescentes y jóvenes, necesitan conocer límites…
Necesitan ser alentados a ser generosos, a saber respetar… a ser responsables… Diríamos a tener una ”buena crianza”…
Que sepan que no los hemos “tirado al mundo” y arréglense… Que experimenten nuestro cariño/amor…
Cuando estás por detrás de tu hijo (cuando lo “controlas”), significa para el adolescente que él es importante para sus viejos… que es motivo de preocupación para sus padres, ya que se inquietan por él y lo que le pasa…
Además… nuestros hijos, mientras no estén “independizados” (=mayoría de edad, de ejercer responsablemente su vida…)… significa que siguen siendo “dependientes” de sus padres… y no están en condiciones de “exigir” nada a sus padres, cuando estos les están dando todo… y ante la rebeldía de un menor, hacerle ver que es “dependiente” (porque siempre necesita el dinero de sus padres para hacer “su” vida… necesita el hogar de sus progenitores… y por tanto, también necesita de su asesoramiento y consejo…)
Salvemos nuestras familias!..
Seamos generosos: traigamos hijos al mundo y eduquémoslos…
Cuando seas anciano, cómo podrás esperar que tus hijos te atiendan?.. si no conocieron la importancia de ser “queridos”?.. cómo podrán amar, si no le enseñaste a tu hijo a “amar” con todo lo que ello “cuesta y requiere” (esfuerzos-luchas)?
Papás… seamos generosos!.. No nos escondamos detrás de los slogans de moda, diciendo que “hoy no es igual que ayer”… como si nuestros padres y abuelos la hubieran llevado tan fácil!...
Revisemos lo que es más importante para la vida de nuestros hijos…
A veces por ganar un peso más, arruinamos nuestra salud, descuidamos la atención de nuestros hijos, nuestra familia, etc…
Nada trajiste cuando viniste, nada llevarás cuando te vayas, a no ser la satisfacción de haber dado todo lo tuyo por los demás… de ver tus hijos formados, hombres de bien, responsables… y los señalen como hijos tuyos!...
No le dejarás riquezas a tus hijos… pero los preparaste para que sepan cómo deben desempeñarse honradamente en su vida…
El “NO” de papá y mamá, ante un berrinche o capricho de un hijo, es más importante que un montón de hectáreas (peor si son mal habidas), que tu les puedas dejar (porque nada llevarás contigo…)
La Iglesia nos propone – después de Navidad – el Domingo de la sagrada Familia (Jesús, José y María): aprovechemos para reflexionar cómo estamos desarrollando – en nuestros hijos - todas las “virtudes” necesarias para con-vivir… Cariño, afectos, ayudas, respeto, oración…
Miremos a los integrantes de esta Familia (que nos proponen como ejemplo!)… imitémosla en la escucha, respeto mutuo, laboriosidad, alegría, paz, amor… compartir…
Y entonces, no habrá “niños huérfanos” del cariño de sus padres, ni ancianos “huérfanos” del cariño de sus propios hijos…
Amemos!.. (amar nos lleva a olvidarnos de nosotros mimos, de nuestro egoísmo, que quiere mandar siempre!)
Seamos “padres” y “generosos”, que se olvidan de sí mismo para atender a sus hijos. Demostrémosles el valor del cariño/amor, para que ellos lo saboreen y ejerciten!