miércoles, 10 de julio de 2013

Cuando pedís... cómo lo hacés?...



En el Evangelio de Lucas 11, 1-13, cuando Jesús les enseña rezar el “Padre Nuestro” a sus discípulos, a continuación agrega algo para tener en cuenta...
Y  más que una “recomendación”, me suena a “reproche” en nuestra manera de pedir...

Muchas veces hemos escuchado que debemos dar gracias, como si ya hubiéramos obtenido lo que estamos pidiendo... pero: esto va a ser sincero, si lo hacemos con plena confianza...

Hoy, el escuchar las palabras de Jesús:
“...les aseguro:
pidan y se les dará!..
Busquen y encontrarán!...
Llamen y se les abrirá!..
Porque el que pide, recibe. El que busca, encuentra! Y al que llama, se le abre!..”
y lo que sigue,
    se me presentan como una “queja” de Jesús, poniéndola en boca del Padre:

“Acaso Ustedes que son malos, no dan cosas buenas a sus hijos?..”
“Ustedes, padres, cómo se portan con sus hijos cuando les piden pan...?”
“Y se creen que Yo soy peor que Ustedes...?    para que no los tenga en cuenta?...”

Pensaba que, tal vez, me estoy escondiendo detrás de: “Dios sabe lo que necesito... y me va a dar lo que me conviene...”
Es cierto... pero, no esconderé detrás de esas palabras mi “desconfianza”, cuando le pido algo?...
Jesús nos dice que lo debemos pedir con “seguridad”!.. concretamente y con confianza!.. e insistir!

Claro está, también... lo que Jesús agrega al final:
“Si ustedes que son malos...
saben dar cosas buenas a sus hijos,
cuánto más el Padre del Cielo dará el Espíritu Santo, a aquellos que se lo pidan!...”

A qué viene lo “del Espíritu Santo”?..
Simple: Jesús dijo: “El los instruirá!
Entonces yo le pediré -  luego - al Padre lo que es recto, lo que realmente me conviene (no lo que  a mí me guste, o parezca... etc.)
Lo que indica que mi suplica, plegaria, oración... debe ser firme, confiada, segura... dando gracias,  porque no queda en el aire, sino que llega a sus pies...
y el Padre quiere que nos sintamos abrazados por El... protegidos... mimados,.. y no abandonados...  o arrojados al mundo y “arreglátela!”...
Como si nos dijera: “Mirá... Es que Yo soy tu Padre... y no cualquier cosa!... Confía en Mí!..”

Y volviendo a lo del “Espíritu Santo”... lo pedimos?.. con “insistencia”?... para nosotros, para nuestras autoridades, para nuestros pastores..?
Si lo haríamos: no habría menos confusión?..  No habría menos errores?.. no seríamos más “cristianos”?..
Tal vez nos falte “docilidad” a este “Maestro”?..  Y así sería otra la “luz” en nuestros corazones?..
Pidámosle nos lo envíe, y que luego le seamos “fieles”, dóciles a sus insinuaciones... porque nunca nos violentará!...

25-07-2010 

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