viernes, 12 de julio de 2013

LA LUZ DE LA FE (1)

En el “Año de la Fe”…

El Papa Francisco concluye la Encíclica “LA LUZ DE LA FE” con esta oración, que resume sus pensamientos:

¡Madre, ayuda nuestra fe!
Abre nuestro oído a la Palabra, para que reconozcamos la voz de Dios y su llamada.
Aviva en nosotros el deseo de seguir sus pasos, saliendo de nuestra tierra y confiando en su promesa.
Ayúdanos a dejarnos tocar por su amor, para que podamos tocarlo en la fe.
Ayúdanos a fiarnos plenamente de él, a creer en su amor,
sobre todo en los momentos de tribulación y de cruz, cuando nuestra fe es llamada a crecer y a madurar.
Siembra en nuestra fe la alegría del Resucitado.
Recuérdanos que quien cree, no está nunca solo.
Enséñanos a mirar con los ojos de Jesús, para que él sea luz en nuestro camino.
Y que esta luz de la fe crezca continuamente en nosotros,
hasta que llegue el día sin ocaso, que es el mismo Cristo, tu Hijo, nuestro Señor.
(Lumen Fidei, nº 60)




LECTURAS DEL DÍA: Génesis 46, 1-7.28-30; Salmo 36, 3-4.18-19.27-28.39-40; Mateo 10,16-23*

HOY SAN JUAN GUARLBERTO – 995/1073 – abandona su uniforme militar y sus armas y entra a un convento de Benedictinos… fundador de varios conventos – luchó contra la simonía (=comprar los puestos dentro de la Iglesia) y toda corrupción… VER MÁS EN: http://www.ewtn.com/spanish/saints/Juan_Gualberto_7_12.htm



Puedes visitar el Sitio Parroquial: allí encontrarás los horarios Parroquiales y programas: https://sites.google.com/site/elpilardecarcarana/home




Día 12 de Julio de 2013 – Viernes



miércoles, 10 de julio de 2013

Cuando pedís... cómo lo hacés?...



En el Evangelio de Lucas 11, 1-13, cuando Jesús les enseña rezar el “Padre Nuestro” a sus discípulos, a continuación agrega algo para tener en cuenta...
Y  más que una “recomendación”, me suena a “reproche” en nuestra manera de pedir...

Muchas veces hemos escuchado que debemos dar gracias, como si ya hubiéramos obtenido lo que estamos pidiendo... pero: esto va a ser sincero, si lo hacemos con plena confianza...

Hoy, el escuchar las palabras de Jesús:
“...les aseguro:
pidan y se les dará!..
Busquen y encontrarán!...
Llamen y se les abrirá!..
Porque el que pide, recibe. El que busca, encuentra! Y al que llama, se le abre!..”
y lo que sigue,
    se me presentan como una “queja” de Jesús, poniéndola en boca del Padre:

“Acaso Ustedes que son malos, no dan cosas buenas a sus hijos?..”
“Ustedes, padres, cómo se portan con sus hijos cuando les piden pan...?”
“Y se creen que Yo soy peor que Ustedes...?    para que no los tenga en cuenta?...”

Pensaba que, tal vez, me estoy escondiendo detrás de: “Dios sabe lo que necesito... y me va a dar lo que me conviene...”
Es cierto... pero, no esconderé detrás de esas palabras mi “desconfianza”, cuando le pido algo?...
Jesús nos dice que lo debemos pedir con “seguridad”!.. concretamente y con confianza!.. e insistir!

Claro está, también... lo que Jesús agrega al final:
“Si ustedes que son malos...
saben dar cosas buenas a sus hijos,
cuánto más el Padre del Cielo dará el Espíritu Santo, a aquellos que se lo pidan!...”

A qué viene lo “del Espíritu Santo”?..
Simple: Jesús dijo: “El los instruirá!
Entonces yo le pediré -  luego - al Padre lo que es recto, lo que realmente me conviene (no lo que  a mí me guste, o parezca... etc.)
Lo que indica que mi suplica, plegaria, oración... debe ser firme, confiada, segura... dando gracias,  porque no queda en el aire, sino que llega a sus pies...
y el Padre quiere que nos sintamos abrazados por El... protegidos... mimados,.. y no abandonados...  o arrojados al mundo y “arreglátela!”...
Como si nos dijera: “Mirá... Es que Yo soy tu Padre... y no cualquier cosa!... Confía en Mí!..”

Y volviendo a lo del “Espíritu Santo”... lo pedimos?.. con “insistencia”?... para nosotros, para nuestras autoridades, para nuestros pastores..?
Si lo haríamos: no habría menos confusión?..  No habría menos errores?.. no seríamos más “cristianos”?..
Tal vez nos falte “docilidad” a este “Maestro”?..  Y así sería otra la “luz” en nuestros corazones?..
Pidámosle nos lo envíe, y que luego le seamos “fieles”, dóciles a sus insinuaciones... porque nunca nos violentará!...

25-07-2010 

DAR GRACIAS…



Ninguno volvió a dar gracias, sino este extranjero?”…

Jesús sanó a diez leprosos, pero sólo uno volvió.
No juzguemos a los otros nueve. Porqué? Porque en el interior del hombre hay una idea de que Dios es “algo” como una “aspirina” a la que recurro cuando me duele algo… Y luego, cuando ando bien, ni me acuerdo más de Él…
Creemos que Dios tiene que estar a nuestra disposición, para cuando lo necesito… que es su “deber” estar a mis órdenes… y luego no me acuerdo más de El… Y menos: nunca le agradezco!..

Ser “agradecido” no es ser “interesado”… es saber reconocer que “dependemos de El”… que yo no merezco nada… Que todo es “gratuidad” (=gracia): todo lo que soy, tengo… lo recibí de El… Y no porque yo haya hecho algo para merecerlo…  me recompense…: “El nos amó primero”!... “Nos amó cuando aún éramos malos”…

Pedir… pedimos, y bastante seguido… Y Santiago nos dice que mucho “no recibimos, porque pedimos mal”… Muchos pedimos “salud”: para qué?.. para poder seguir llevando una vida de pecado?... o para ponerme al servicio de mis hermanos, como la suegra de Pedro?..
Qué hermoso debe ser para Jesús escuchar nuestro pedido, y antes de que El lo conceda, ya le estamos dando gracias, porque nos sabemos escuchados…

Oí: “Dios siempre escucha nuestras oraciones”: no se pierden por el camino… no se traspapela en algún escritorio del Cielo… olvidado…
Más: Dios siempre contesta: unas veces inmediatamente, dándonos lo que le pedimos… Otras: con el tiempo… y algunas veces, nos concede algo distinto, que será mucho mejor, más beneficioso…

En esta seguridad, norma importantísima para ser escuchados: es ser AGRADECIDOS!...
Si queremos que los demás reconozcan nuestra ayuda, porqué entonces se la negamos a Dios?..
Porqué no reconocer su Amor, su Providencia, su Bondad, su Cuidado… ya que  “hasta lo pelos de nuestras cabezas están contados… y no se cae ni uno si El no lo autoriza?...”
Porqué no confiar y estar agradecidos?...

Muchas veces protestamos por situaciones que tenemos que vivir, que soportar… Y el Señor la está usando para que nos acerquemos a Él, para que despertemos y reconozcamos su amor que nos cuida y quiere que seamos felices…
Por eso… entendemos cuando alguien da las gracias a Dios por la muerte de un hijo, esposa, padre… porque gracias a ese dolor, terminó acercándose al Señor, al Dueño de la Vida… y descubrió su plan amoroso sobre cada hombre…
Hasta cuando, queriendo ser santos, agradables a Él, le fallamos, pecamos, y volvemos sinceramente a Él… nos perdona, nos comprende… y utiliza eso para que yo cambie, para que está más unido a Él, a través de la oración, de los Sacramentos… Luego de esta situación me obliga a ser “agradecido” por su paciencia, por su perdón, por su espera… porque no es rencoroso, sino rico en misericordia…

Gracias, señor!...
Que nunca  me crea con derecho a exigirte nada!.. ya que “todo” te lo debo a vos!.. Desde la misma vida… Desde que al darme la vida, me destinas a compartir la eternidad con Vos!.. Para esto me creaste. A eso me llamaste! Por esto, tú me auxilias: sabes que si me dejas solo librado a mi mismo…
Gracias, Señor!...y aumenta mi fe en tus promesas…Que siempre seas lo más importante en mi vida! Que te ame, que me enamore de ti… y que desee estar siempre con Vos… pues tu eres todo para mí!...

El otro ejemplo que trae la Palabra de Dios: es alguien “agradecido”: Naamán… vuelve a dar gracias al profeta Eliseo… y quiere darle un presente. Ante la negativa de Eliseo, termina diciendo: “…tu servidor (él mismo) no ofrecerá holocaustos, ni sacrificará a otros dioses, fuera de tu Dios…” (2 Reyes 5, 14-17).
Este hombre recibe la bendición de la sanación: es agradecido y consecuente: hace una profesión de fe en el Dios de Eliseo, y promete comportarse…
Cuántos de los que piden salud, se acuerdan de agradecer al que los curó?.. Ser agradecidos es reconocer la bendición…  y nos exige una respuesta, una actitud distinta en el futuro…una conducta acorde al beneficio o del que nos bendijo!...

No seamos como los restantes  nueve: “dónde están?” 

                                    No los critiques… pues puedes ser uno de ellos…

martes, 9 de julio de 2013

Mi Cristo...

MI CRISTO NO ESTÁ CRUCIFICADO…

Mi Cristo no está crucificado.
Mi Cristo no está en la cruz.
Mi Cristo no está muerto.
Mi Cristo VIVE!..
Mi Cristo tiene Vida!
Es Viviente!..

Mi Cristo no está en el sepulcro.
Mi Cristo Resucitó.
Mi Cristo – aunque murió – VIVE!..
Resucitó,
y - con tal fuerza – que me contagió su vida!
Salió tan triunfante
que yo también triunfé con Él sobre la muerte!
Un día voy a resucitar como Él!.. para nunca más morir!

Mi Cristo no está crucificado.
Mi Cristo fue crucificado!
Mi Cristo no está muerto.
Mi Cristo fue muerto!
          Pero – AHORA –
                    AHORA VIVE!..

Y tu Cruz vacía, Señor,
tu Cruz es signo de Victoria!..
Tu Cruz vacía – para mí –
Es fuente de Vida!
Al pié de ella brotó la Vida a borbotones…
Tu Cruz vacía es signo de tu TRIUNFO:
cuando creyó darte una muerte definitiva,
Tu surgiste destellante de Vida!..
Recuperaste tu Vida – plenamente y para siempre!..

Mi Cristo,
mi Cristo no está crucificado!
Mi Cristo fue crucificado!
Pero ahora VIVE!.. Y está a mi lado!

Mi Cristo no es un objeto de panteón!
Mi Cristo no es objeto de museo!
          Mi Cristo está VIVO… y es mi Amigo!
                    Y me habla!..
                    Y me escucha!.. y camina a mi lado!

MI CRISTO ES DIOS!..
                              Aleluia!..

Al verlo caí como muerto a sus pies; pero me tocó con la mano derecha y me dijo:
No temas nada. Soy Yo el Primero y el Último. Yo soy el que VIVE.
Estuve muerto, y de nuevo soy el que VIVE por los siglos de los siglos;
y tengo en mi mano las llaves de la muerte y del infierno!” – Apocalipsis 1, 17-18

“CRUCIFICADO” significa “fijado en a cruz”.
Mi Cristo colgado del madero, me debe recordar CUÁNTO SUFRIÓ JESÚS!..
Cuánto debió sufrir por culpa de mis rebeldías…
Hasta morir por mí y por mis hermanos…
Me debe hacer ver la gravedad del pecado… y su gran Amor!
PERO: no significa que mi Cristo esté MUERTO!..
                                                                       VIVE!.. Aleluia!...


(09-10-1989)

LA HOJA:...


Tarde de otoño. Caminaba por la calle… llena de hojas secas…
Unas crujían bajo mis pies… otras arrastradas por el viento, dejaban oír sus quejas, rayando contra el
 pavimento…
Algunas amontonadas en un rincón de la vereda, esperaban una escoba… o un fuerte aguacero, que las llevara vaya a saber dónde…

Miraba absorto esas hojas grandes como manos generosas… amarillentas… bellas… a pesar de su estado!.. con sus bordes… y sus nervios sobresalidos, como venas gruesas…
Ellas decían: “Misión cumplida!..” e iban al descanso.
No a la nada.
Sí, habiendo terminado su trabajo, iban a contribuir hasta su total final o transformación… Iban a contribuir con los demás componentes de la naturaleza…

Absorto pensé:
Esta hoja cumplió su misión.
duró poco meses:
amaneció como verde brote… fue creciendo: alimentándose y alimentando… (Contribuyendo a la “fotosíntesis” de la planta, como dicen los estudiosos…)
Dio sombra. Cobijó a las aves. Renovó el aire que respiramos… y ahora abonará la tierra, hasta confundirse en ella!.. para que otros aprovechen de ella.

Sabes, señor…creo que Tú me estás hablando a través de esta hoja:
Nací. Bebí la vida de lo demás.
Y una vez que complete mi siclo, mi cuerpo desaparecerá… por un tiempo.
Para el hombre este desaparecer será un brotar en otra primavera… en la eterna primavera!.. En una Vida nueva y sin fin!
Tengo también como la hoja,
una función, una misión: crecer, desarrollarme, dar ”sombra”, alivio; cobijar a los demás o a quien pida de mí;
renovar el “aire” que respiran nuestros espíritus: haciendo potable el ambiente  en el que deben crecer los demás junto a mí.
Como la hoja, al final,
yo también debo fecundar la tierra…
La hoja… hace posible “otra” vida (hace posible otra hoja, que no es ella misma)
Yo – también… pero en mí hay un germen especial, distinto: un germen de VIDA… una promesa de una nueva primavera: una RESURRECCIÓN definitiva: allí-seré-yo-mismo. No voy a ser otra persona (como le puede pasar a la hoja…). Seré YO – en cuerpo y alma – definitivamente!..

Señor, si la hoja que dura poco, cumple su misión…
Qué bien! Tu lo ordenaste así!
Qué queda para mí?
Tu me regalas esta vida, y además, pones en mí una promesa de que aquí no termina…
Me dices que esta es una preparación: un ejercicio para otra vida: una vida de Amor… eterno!.. Por eso me pides que ahora lo ejercite!
Mi persona se tiene que acostumbrar al Amor:
Y amor significa “desgaste” por el otro; crecer haciendo crecer al otro; vivir, ayudando a vivir al otro, como lo hiciste Tú, Señor de la Vida!

A Vos te gustó compararte con la VID; y si no estamos unidos a Ti, tu Savia (Amor) no circulará por nosotros.
Que no me separe de Ti, para poder llegar a ser una hoja con verdor eterno, una hoja con Vida… convida que dure para siempre! Amén.


(Julio-1989)