“Glorifiquen conmigo al Señor, alabemos su nombre todos juntos!” (Salmo 33,18b)
Déjame proclamar tus maravillas, Señor!
Déjame proclamar tu sabiduría, tu ingenio al crear el mundo!
Déjame cantar tu orden y poder, porque dijiste, y las cosas fueron hechas, y cómo!.. Todo lo hiciste bien!
Desde la dureza del cocodrilo y del rinoceronte, hasta la fragilidad colorida de una pequeña y débil mariposa!
Déjame imaginar la fuerza que sostiene la tierra en su giro y la atracción de todos los demás planetas y estrellas! Qué orden, mi Señor!.. Tu dijiste y todo fue hecho!.. Nadie te ayudó!
Qué inventiva al darle prestancia y elegancia a un pequeño insecto… le diste movilidad propia, movimientos ordenados, sincronizados…
Observo tus mariposas y otros animalitos… su variedad!.. Su delicadeza y fragilidad… el principio de cohesión que les has dado!... ese principio vital… sólo por unos días de vida!.. Tanta belleza!.. Y no es sólo “una”, son miles las que tu creaste… y tan variadas… sus órganos… frágiles, pequeños, pero fuertes para cumplir su ciclo vital… imprimiste en ellos un “programa” vital… que se repite y mantiene en sus sucesores… ese instinto de, ordenado, y no errático!
Déjame proclamar tus maravillas, Señor!
Déjame proclamar tu sabiduría, tu ingenio al crear el mundo!
Déjame cantar tu orden y poder, porque dijiste, y las cosas fueron hechas, y cómo!.. Todo lo hiciste bien!
Desde la dureza del cocodrilo y del rinoceronte, hasta la fragilidad colorida de una pequeña y débil mariposa!
Déjame imaginar la fuerza que sostiene la tierra en su giro y la atracción de todos los demás planetas y estrellas! Qué orden, mi Señor!.. Tu dijiste y todo fue hecho!.. Nadie te ayudó!
Qué inventiva al darle prestancia y elegancia a un pequeño insecto… le diste movilidad propia, movimientos ordenados, sincronizados…
Observo tus mariposas y otros animalitos… su variedad!.. Su delicadeza y fragilidad… el principio de cohesión que les has dado!... ese principio vital… sólo por unos días de vida!.. Tanta belleza!.. Y no es sólo “una”, son miles las que tu creaste… y tan variadas… sus órganos… frágiles, pequeños, pero fuertes para cumplir su ciclo vital… imprimiste en ellos un “programa” vital… que se repite y mantiene en sus sucesores… ese instinto de conservación, ordenado, y no errático!
Bendito seas, Señor! También en todos tus animales domésticos… vemos su memoria de las personas, de los gentos, de la voz… su disponibilidad para compartir nuestra vida, para manifestarnos su contento al estar a nuestro lado… hasta de defendernos de los extraños…
Cómo inventaste todo esto, Señor?...
Cómo lo hiciste tan bien y tan variado?
Hasta se comunican (a su modo) con nosotros los humanos!.. La mirada del perro, el movimiento de su cola, sus saltos, su ladrido distinto, sus miedos, etc…
Qué unión, trama de huesos, tejidos, músculos, obedeciendo órdenes de su cerebro!.. de sus instintos…
Y cuando miro al hombre… a quien tantas veces despreciamos, minusvaloramos, abandonamos, asesinamos, destrozamos… la obra de arte que has hecho de cada uno de nosotros!...
El Salmista dice: “qué le viste al hombre para estar tan atento a él?”… Pero: somos obras salidas de tus manos… y ni un pelo de nuestra cabeza cae sin tu autorización…!
Tan importantes somos para ti!...
Y a veces creemos que nosotros somos más capaces que Vos porque podemos manipular “algo” de tu obra!.. Y cuánto la arruinamos!
Tu Sabiduría imprimió en nosotros caminos, rutas, normas,… modos de actuar “propios” de nuestra naturaleza, y nosotros creemos que sabemos más que Vos y queremos intervenir… modificar sin saber las consecuencias nefastas a las que podemos llegar... por que Vos: TODO lo hiciste BIEN!... pero: nosotros somos ignorantes… creemos que “descubrimos la pólvora”, y Vos lo sabés todo!...
Nadie hasta hoy – ha fabricado la VIDA… y eso que vivimos en un mundo lleno de vivientes…
Qué poco me detengo a admirar la vida… la vida de las plantas, la de los insectos, de los animales mayores, la de tus hijos, los hombres…
Qué principio de cohesión, de unión, interacción armoniosa entre todos sus componentes físicos!.. Montaste toda la persona sobre un esqueleto trabado de músculos y nervios!.. Armaste toda una trama o red de irrigación para que el oxígeno y la alimentación llegue a todos los tejidos!..
Dotaste al hombre de un sistema de alimentación que selecciona cada componente necesario…
Y sobre todo has hecho que el hombre piense, razone, pueda discernir y sacar conclusiones… y llegar a conocer cosas que no estaban al alcance de su mano…
Señor, nos has dado la vista… que llena de colores todo nuestro ser!... Nos permites ver, reconocer, distinguir las cosas por sus colores, por su tamaño, por su movimiento…
nos has dado capacidad de progresar en el conocimiento…
Y sobre todo, me has distinguido de los demás animales, porque puedo comunicarme contigo y con mis hermanos…
Has puesto en mí un “soplo” tuyo… un hálito tuyo… algo de tu divinidad… me has hecho hijo tuyo!...
A pesar de todo tu esmero en la creación de tu creatura preferida, ésta te ha dado vuelta la cara, y creyó saber más que Vos, y quiso decidir lo que era bueno o malo a espalda tuya… quiso “SER”, él mismo, cuando depende de Ti su existencia… Tu lo has hecho para que sea feliz junto a Ti... y él dijo: “NO!” “Yo me basto!”…
Tu, ante esa rebeldía, no lo dejaste solo… Sufrió las consecuencias de su rebelión… pero tanto era tu amor por él, que les “hiciste túnicas de piel para que cubran su vergüenza”…
Nunca lo dejaste solo. Lo llamaste a través de su conciencia, esa vocecita interior que pusiste en él…
Le enviaste castigos… Le enviaste profetas… y no reaccionaba. Le diste leyes para que pueda vivir feliz compartiendo con los demás… hasta que le enviaste a tu Hijo Único!... para que nos hablara clarito, con nuestras palabras (no ya con truenos y rayos, ni briza ni fuego…!) para que te entendiéramos…
“Qué es el hombre para que tanto te acuerdes de él?...”
Bendito seas, Señor! También en todos tus animales domésticos… vemos su memoria de las personas, de los gentos, de la voz… su disponibilidad para compartir nuestra vida, para manifestarnos su contento al estar a nuestro lado… hasta de defendernos de los extraños…
Cómo inventaste todo esto, Señor?...
Cómo lo hiciste tan bien y tan variado?
Hasta se comunican (a su modo) con nosotros los humanos!.. La mirada del perro, el movimiento de su cola, sus saltos, su ladrido distinto, sus miedos, etc…
Qué unión, trama de huesos, tejidos, músculos, obedeciendo órdenes de su cerebro!.. de sus instintos…
Y cuando miro al hombre… a quien tantas veces despreciamos, minusvaloramos, abandonamos, asesinamos, destrozamos… la obra de arte que has hecho de cada uno de nosotros!...
El Salmista dice: “qué le viste al hombre para estar tan atento a él?”… Pero: somos obras salidas de tus manos… y ni un pelo de nuestra cabeza cae sin tu autorización…!
Tan importantes somos para ti!...
Y a veces creemos que nosotros somos más capaces que Vos porque podemos manipular “algo” de tu obra!.. Y cuánto la arruinamos!
Tu Sabiduría imprimió en nosotros caminos, rutas, normas,… modos de actuar “propios” de nuestra naturaleza, y nosotros creemos que sabemos más que Vos y queremos intervenir… modificar sin saber las consecuencias nefastas a las que podemos llegar... por que Vos: TODO lo hiciste BIEN!... pero: nosotros somos ignorantes… creemos que “descubrimos la pólvora”, y Vos lo sabés todo!...
Nadie hasta hoy – ha fabricado la VIDA… y eso que vivimos en un mundo lleno de vivientes…
Qué poco me detengo a admirar la vida… la vida de las plantas, la de los insectos, de los animales mayores, la de tus hijos, los hombres…
Qué principio de cohesión, de unión, interacción armoniosa entre todos sus componentes físicos!.. Montaste toda la persona sobre un esqueleto trabado de músculos y nervios!.. Armaste toda una trama o red de irrigación para que el oxígeno y la alimentación llegue a todos los tejidos!..
Dotaste al hombre de un sistema de alimentación que selecciona cada componente necesario…
Y sobre todo has hecho que el hombre piense, razone, pueda discernir y sacar conclusiones… y llegar a conocer cosas que no estaban al alcance de su mano…
Señor, nos has dado la vista… que llena de colores todo nuestro ser!... Nos permites ver, reconocer, distinguir las cosas por sus colores, por su tamaño, por su movimiento…
nos has dado capacidad de progresar en el conocimiento…
Y sobre todo, me has distinguido de los demás animales, porque puedo comunicarme contigo y con mis hermanos…
Has puesto en mí un “soplo” tuyo… un hálito tuyo… algo de tu divinidad… me has hecho hijo tuyo!...
A pesar de todo tu esmero en la creación de tu creatura preferida, ésta te ha dado vuelta la cara, y creyó saber más que Vos, y quiso decidir lo que era bueno o malo a espalda tuya… quiso “SER”, él mismo, cuando depende de Ti su existencia… Tu lo has hecho para que sea feliz junto a Ti... y él dijo: “NO!” “Yo me basto!”…
Tu, ante esa rebeldía, no lo dejaste solo… Sufrió las consecuencias de su rebelión… pero tanto era tu amor por él, que les “hiciste túnicas de piel para que cubran su vergüenza”…
Nunca lo dejaste solo. Lo llamaste a través de su conciencia, esa vocecita interior que pusiste en él…
Le enviaste castigos… Le enviaste profetas… y no reaccionaba. Le diste leyes para que pueda vivir feliz compartiendo con los demás… hasta que le enviaste a tu Hijo Único!... para que nos hablara clarito, con nuestras palabras (no ya con truenos y rayos, ni briza ni fuego…!) para que te entendiéramos…
“Qué es el hombre para que tanto te acuerdes de él?...”