A todos los abuelos y abuelas, que están atados a sus camas, a sus sillas de rueda… por la edad, por enfermedad…
A todos los hermanos y hermanas que están atados a diálisis semanal…
A los que están atado a la “quimio”, mensual, diaria… semanal…
A los que están atados al control diario de la diabetes, para sentirse bien…
A los trasplantados que están atados a controles periódicos, para poder seguir viviendo…
A los que están atados a tratamientos de recuperación…
A los que luchan en sus cuerpos contra la droga, el alcohol… la soledad...etc…
A todos aquellos que se encuentran atados a una cruz… o mejor: que se les ha “pegado” a la piel una cruz… cruz que para uno es grande y oprime, ahoga y llena de angustia…
para otros puede ser pequeña, pero es hiriente, aguda y causa mucho dolor… mucha angustia, miedo… cansancio…
Ante ellas, podemos asumir dos posturas…
Puedo renegar de ella, protestar, enojarme con Dios… y “me la tengo que aguantar” de igual modo!...
Ó puedo asumir otra… que no me va “despegar” esa cruz… pero la voy a ver de otra manera:
Puedo decirle a Dios, que:
“si Vos, Señor, así lo has determinado, está bien!... Acepto tu decisión… pero que esto que debo sobrellevar, no sea algo inútil y sin sentido!..
Sé que tu sacas el bien del mal… por eso te entrego esta situación dolorosa… para que en tus manos tenga VALOR, tenga sentido!.. para que en mi vida no sea un absurdo!..
Lo acepto… pero que sea “útil” para algo!... para alguien…
Te lo ofrezco por las almas del purgatorio (para que pronto estén gozando de tu presencia!..)
Te lo ofrezco por mi conversión, por la de mi familia, por la del mundo entero…
Te ofrezco este dolor, esta angustia, este pesar, este malestar, este cansancio, este miedo… por tus sacerdotes, para que sean santos…
Por los que nos han pedido oración… para que los bendigas…
Quiero, Señor, de este modo, compartir tu Cruz… quiero “completar en mi persona lo que falta a tu cruz…”
Quiero que yo y mis hermanos, transformemos nuestras vidas, en esperanza y confianza en tu Poder y tu Amor…
Gracias, Señor, porque de este modo puedo siempre ser útil a todos mis hermanos…”
Y quién no tiene alguna cruz?.. alguna crucecita?.. (del tamaño y color que busqués!)
Porqué poner una mala cara, si – justamente - fuimos salvados a través de una “Cruz”… y qué cruz!..
Más, ahora sabiendo que mi cruz es como una astilla de la de Jesús… porque la puedo acercar a la de El!.. y “redimir” junto con El!.. puedo “ayudar” a los demás!..
Danos la alegría en medio de las lágrimas, Señor!..
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