viernes, 26 de septiembre de 2014













sicut acies ordinata…” 
”como un ejército en formación”

Atardecía…
El sol, después de calcinar todo, a su paso … y cansado de su andar, buscó el merecido descanso…
La penumbra fue ganado paso…
Algunas “adelantadas”, se asomaron en el cielo.
Una, luego dos, luego tres…
Fue como si las demás tomaran coraje y salieran de su escondite…
Cuando el resplandor del atardecer desapareció, muchas más tomaron fuerza y se hicieron ver!..

Ya entrada la noche,
un nutrido caminito de hormigas surcó el cielo…
muchas, muchas hormiguitas, apadrinadas por las más relucientes que hacían de vigía en medio de la formación…

Un grupo, diríamos más arriesgado,  se alejó de la formación, explorando nuevos espacios celestes…

Las adelantadas… las tímidas, las pequeñas… las exploradoras… todo un ejército ordenado… cumpliendo las órdenes de su Creador…

Hoy…
cuando la luz comenzó a destruir las oscuridades,
cada una – desde las más pequeñas - se retiró vergonzosa ocultándose…
Sólo algunas, rezagadas, demoraron en diluirse, no en la noche, sino en la luz…

 “La Palabra de Dios hizo el cielo
y el aliento de su boca, los ejércitos celestiales…” (Salmo 33 (32), 6)

“Al ver el cielo, obra de tus manos,
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre para que pienses en él?
El ser humano, para que así lo cuides?...”  (Salmo 8,4-5)