martes, 5 de abril de 2011

Distintas miradas...


Distintas miradas… distintos modos de ver… distintos enfoques…

Dios dice a Samuel (1 Samuel 16, 1-13):”No te fijes en su aspecto ni en su elevada estatura, porque yo lo he descartado. Dios no mira como el hombre, porque el hombre ve las apariencias, pero Dios ve su corazón.”

El ciego de nacimiento comienza a ver, y su mirada es distinta de la de los fariseos y escribas… ellos veían a Jesús como un transgresor de le Ley…
El ciego sólo ve que es un profeta por lo que hizo en  él…  y así lo publica ante los inquisidores…
Más: pone de manifiesto (en luz!) lo absurdo de la posición de ellos, que sabiendo tanto, no se dieran cuenta de lo que sucede!..
Conclusión: lo expulsan… (Juan 9, 1-41)

Los padres del ciego, se lavan las manos: “edad tiene… pregúntenselo a él!”…

No hay peor ciego que el que no quiere ver!..

San Pablo (Efesios 5, 8-14), nos recuerda que antes éramos tiniebla, pero que ahora somos luz en el Señor Jesús! (Hijos de la Luz!)…
Y ser “hijos de la Luz” implica: bondad, justicia, verdad!...
Por lo tanto, debemos saber “discernir”!
Y no participar de las obras de las tinieblas (al contrario: debemos ponerlas en evidencia, con nuestra conducta… porque Cristo “nos ilumina”!..

Somos “LUZ”… hijos de la Luz, por tanto no más oscuridad, no más  tiniebla… en nuestra modo de obrar…
Cambiemos nuestra mirada:
“VEAMOS”…
pero
- no del modo de “los que viendo, no ven!”… como les pasó a los fariseos a quienes Jesús cuestionaba…
- no como los padres del ciego, que se hicieron los distraídos para no comprometerse y así verse expulsado de la sinagoga…
- ni como le pasó a Samuel, que veía sólo las apariencias y como lo hace Dios!...

El ciego no conoce las razones de lo sucedido… conoce eso sí: que a Jesús no le importó si él era pecador o no…
Le importó a Jesús, y mucho – sin duda – que él volviera a ser hombre íntegro, entero, sano!...
Tampoco al que era ciego le importaba si Jesús era blasfemo, pecador o alejado de la Ley (como decían sus detractores). El sabe que Jesús era un profeta, que es el Mesías, y eso es suficiente! (Encuentro con la palabra nº 169-Abril/2011)
Y no tuvo ningún miedo de postrarse delante de Jesús, reconociéndolo Profeta, el Mesías prometido…

Tu quieres “ver”?... cómo lo harás?.. Te vas a jugar?... Recuerda: Eres “luz”…


Abril/2011